Twitter, Facebook, Vine, YouTube y otras plataformas han servido de escaparate para personas que solían tener un perfil bajo.
Hace no más de 20 años, hablar de líderes de masas era referirse a personajes políticos, celebridades del cine y la televisión, empresarios reconocidos o exitosos deportistas. Hoy, las redes sociales han roto ese cerrado círculo y permitido el surgimiento de nuevos liderazgos que, en otra época, se hubieran mantenido anónimos.
Ahora la concepción de liderazgo es diferente. Twitter, Facebook, Vine, YouTube y otras plataformas han servido de escaparate para personas que tradicionalmente tenían un bajo perfil, pero que ahora, con carisma y algo que decir, han encontrado la oportunidad de destacarse e incluirse en los temas de conversación... o incluso iniciarlos.
“Las redes sociales estimulan los deseos de convertirse en una persona pública. Están permitiendo el surgimiento de líderes naturales, y no de líderes impuestos”, explica Ricardo Homs, investigador especializado en el tema de liderazgo que recientemente publicó el libro Liderazgo de masas en la era de las redes sociales.
¿Quieres credibilidad? Gánatela
Antes de la revolución tecnológica, las empresas, los gobiernos y las personalidades públicas tenían una credibilidad absoluta que provenía de la desinformación, así como de un respeto profundo hacia las instituciones y quienes ostentaban el poder.
A partir del boom de la tecnología y de la globalización, el viejo concepto de liderazgo comenzó a erosionarse. Antes la gente estaba dispuesta a aceptar liderazgos, pero hoy esto está cambiando.
“El ciudadano se ha empoderado a través de las redes y ha generado una situación particular en la que los liderazgos tradicionales carecen de credibilidad”, dice Homs en entrevista con AltoNivel.com.mx.
Los memes son el mejor ejemplo de este descrédito. En los últimos cinco años, estas ilustraciones se convirtieron en una manifestación del poder ciudadano frente a quienes ejercen poder público; sus blancos favoritos son la clase política, las celebridades y algunos empresarios.
“Los memes demostraron que la idea tradicional de que el líder que tenga una mayor posición en los medios es errónea. Esa idea se está convirtiendo en un problema. Es un liderazgo que satura a la sociedad, a los medios y pierde interés”, explica el experto.
El escritor señala que el liderazgo en tiempos de redes sociales se gana con creatividad, pues ese nuevo líder tiene algo que decir con valor y sentido hacia los demás:
“Las redes sociales potenciaron el liderazgo de las personas desconocidas, que construyen una identidad pública a partir de su pensamiento, congruencia y de la misión que asumen ante la sociedad”.
Cómo forjar el nuevo liderazgo
Si crees que eres o puedes ser un líder en la era de las redes sociales, la primera pregunta que deberías hacerte es: ¿Qué tengo que decir?
El especialista asegura que las redes sociales generaron una especie de caja de cristal, donde la vida pública está a la vista de todos y la credibilidad puede desaparecer por un error mal manejado.
La persona que quiera ejercer liderazgo público tiene que comportarse como si estuviera en una caja de cristal y, de entrada, pensar en conseguir seguidores de verdad, que se guían por sus logros, por sus actividades y con los cuales incluso pueda impulsar una causa o misión de alto impacto.
El nuevo líder es aquel que logra identificar la información relevante y, a partir de ello, generar liderazgo de opinión. “En las redes, los usuarios están encontrando líderes que se ajustan a sus propias expectativas. Las nuevas plataformas pusieron las condiciones para que la gente se vuelva más participativa”, afirma el especialista
¿Y en los negocios?
Para las empresas, el campo por explorar aún es muy amplio. De entrada, Homs argumenta que sólo algunas compañías han visto a las redes como una forma de acercarse a la gente; sin embargo, la mayoría sigue centrada en saturar con su imagen los espacios públicos, sea en televisión, radio e incluso internet.
“No se ha generado una visión en las grandes corporaciones para asumir una misión como líderes. Cuando hay un liderazgo fuerte hacia afuera, hacia la sociedad, las grandes corporaciones se vuelven muy competitivas y adquieren credibilidad porque el líder que encabeza la organización da un rostro humano que genera confianza, calidez y rompe con el anonimato tradicional de una persona moral”.
En su libro, Homs pone como ejemplo a Steve Jobs y Bill Gates, quienes a través de dos modelos distintos de liderazgo catapultaron el éxito de sus compañías.
Por un lado, el liderazgo de Jobs estuvo sustentado en la innovación. La gente se sintió identificada con la marca, y cuando salía un gadget miles de personas hacían filas para comprar el nuevo dispositivo. Por el otro lado, Gates con una visión filantrópica ha hecho más por su misma fundación que si estuviera dirigiendo a la empresa desde una visión funcional.
“Un liderazgo fuerte es fundamental para darle competitividad a las empresas en el contexto tan agresivo, en el que la sociedad, el mercado y los consumidores exige que las empresas tengan un rostro humano”, señala Homs.
El liderazgo tradicional, y del que Homs sugiere olvidarse, está sustentado en el beneficio personal. Las empresas que sólo les interesa generar dinero sin aportar a la sociedad, tarde o temprano desaparecerán del panorama.
Información tomada de soyentrepreneur